
Los usuarios que estaban esperando a después del Black Friday y Cyber Monday para renovar su PC se han encontrado con un escenario bastante menos amable. Diversas fuentes de la industria confirman que AMD ha decidido encarecer los procesadores Ryzen 9000 y las generaciones anteriores, un movimiento que llega en pleno contexto de subidas de precios en memoria y otros componentes clave.
Esta revisión de tarifas se ha producido a nivel de canal y distribuidores, por lo que no siempre se aprecia de inmediato en las tiendas, pero marca un cambio de etapa claro para quien quiera montar un equipo nuevo o actualizar su plataforma. Aunque la compañía no ha dado explicaciones oficiales, todo apunta a una mezcla de costes de fabricación más altos y ajuste de márgenes tras meses de ofertas agresivas.
Subida generalizada en toda la gama Ryzen
Las informaciones procedentes de medios especializados como Overclock3D y otras filtraciones del sector indican que el incremento de precios afecta a toda la línea de CPU Ryzen. Eso incluye desde los nuevos Ryzen 9000 con arquitectura Zen 5 hasta modelos muy asentados en el mercado como las series Ryzen 7000 y Ryzen 5000 para el zócalo AM4, todavía muy populares en España y Europa.
AMD comunicó a sus socios que la nueva lista de precios entraba en vigor «a partir de esta misma noche» en la fecha señalada por los informes, es decir, de forma prácticamente inmediata. La subida se ha aplicado sobre todo en el escalón mayorista, de modo que los distribuidores ya están recibiendo pedidos facturados con las nuevas tarifas, mientras los minoristas van agotando el stock anterior con precios antiguos o rebajados.
Algunos datos que llegan del canal hablan de un aumento de precio amplio y sin limitarse a un par de modelos concretos. Se menciona incluso que si AMD toca el precio de una CPU se ve obligada a hacerlo en cadena, debido a la fuerte segmentación actual de su catálogo. Esto implica ajustes que afectan tanto a procesadores de gama alta como a opciones más asequibles, usadas para montajes de presupuesto ajustado.
En el mercado español, donde los Ryzen de generaciones previas siguen siendo muy atractivos para actualizar equipos AM4, este cambio puede reducir el margen de ahorro que hasta ahora proporcionaba optar por procesadores veteranos con buena relación rendimiento/precio. Subir el coste de esas CPU supone encarecer una de las vías más económicas para alargar la vida de un PC sin tener que saltar todavía a plataformas más modernas.
Las estimaciones de los distribuidores indican que los precios finales al consumidor tardarán unos días o semanas en reflejar esta subida, dependiendo del ritmo de rotación de stock en cada tienda. En el momento en que se agote el inventario antiguo, los nuevos envíos llegarán ya con las tarifas actualizadas y comenzarán a aparecer diferencias visibles en los escaparates online y físicos.
Un movimiento calculado tras Black Friday y Cyber Monday
Uno de los aspectos más comentados es el momento elegido por AMD para introducir este incremento. La subida llega justo después de las grandes campañas de descuentos del Black Friday y el Cyber Monday, donde muchos procesadores de la marca se vendieron incluso por debajo de su precio recomendado gracias a promociones agresivas.
Desde el punto de vista del canal, esto permite presentar el cambio como una «vuelta a los precios estándar» una vez terminadas las rebajas, en lugar de como una subida directa. Sin embargo, las fuentes coinciden en que no se trata solo de recuperar el PVP original, sino de un reajuste más profundo de la lista de precios mayoristas, que elevará el coste base de buena parte del catálogo Ryzen.
Para quienes no aprovecharon las ofertas previas, la sensación es clara: montar un PC con una CPU Ryzen será ahora notablemente más caro que hace solo unas semanas. Y esto se agrava en montajes de gama media y alta, donde se suele apostar por Ryzen 7 de la serie X3D o por los nuevos modelos basados en Zen 5. En algunos casos, se habla ya de que determinadas CPUs rondarán o superarán la barrera de los 500 euros en Europa cuando el nuevo precio se consolide.
En España y otros países europeos, donde el usuario medio tiende a estirar el presupuesto al máximo, esta subida puede decantar algunas compras hacia ofertas puntuales de Intel o hacia configuraciones algo más modestas de lo inicialmente previsto. Los ensambladores y tiendas minoristas tendrán que recomponer sus tarifas y configuraciones predefinidas para que sigan siendo competitivas pese a los nuevos costes.
Además, la jugada llega en un momento en el que el mercado de PC no atraviesa precisamente su mejor racha. Analistas del sector apuntan a que la demanda de equipos de sobremesa para gaming y uso entusiasta se está viendo frenada por la escalada de precios en prácticamente todos los componentes, lo que hace que cada subida extra se note especialmente.
Causas: costes de obleas, nodos avanzados y presión de la IA
Aunque AMD no ha publicado un comunicado detallando los motivos, las pistas que dejan las fuentes del sector son bastante claras. La principal sospecha recae en el aumento del coste de las obleas de silicio y la fabricación en nodos avanzados, gestionados en su mayoría por TSMC, el gigante taiwanés que produce los chiplets de Ryzen.
Los procesos de 5 y 4 nanómetros utilizados en arquitecturas como Zen 4 y Zen 5 son mucho más caros que tecnologías anteriores. A esto se suma que TSMC está priorizando ahora mismo la producción de chips destinados a inteligencia artificial y centros de datos, mucho más rentables por volumen y margen. Esa preferencia deja menos capacidad disponible para los productos de consumo, como las CPU de sobremesa.
En este contexto, AMD se ve obligada a pagar más por cada lote de producción de procesadores, algo que tarde o temprano tenía que trasladarse al precio final. La subida, además, no se limita a los modelos de gama alta, sino que se extiende al conjunto del catálogo Ryzen, de forma que la compañía puede intentar equilibrar márgenes en todas las gamas y no solo en los productos más caros.
También se baraja que la firma esté corrigiendo precios tras una fase de descuentos intensivos para ganar cuota de mercado, especialmente en la gama gaming y entusiasta. Una vez terminada la campaña navideña y los grandes eventos de rebajas, la empresa habría aprovechado para reordenar su estructura de precios con un enfoque más conservador.
En paralelo, algunos socios de canal apuntan a que el incremento no guarda relación directa con el encarecimiento de la DRAM, a diferencia de lo que ocurre con las tarjetas gráficas, donde el coste de las memorias GDDR6 tiene un peso crítico. En las CPU, las presiones vienen más bien de la capacidad de producción y de la competencia por los nodos más avanzados, en un mercado donde la IA se está comiendo gran parte del pastel de fabricación.
Impacto en España y Europa: montar un PC sale mucho más caro
La subida de precios de las CPU Ryzen llega en el peor momento posible para quien estaba pensando en montar o actualizar un PC en España o en el resto de Europa. A los nuevos precios de los procesadores hay que sumar el fuerte incremento que viene sufriendo la memoria RAM DDR5, que en algunos casos ha duplicado o incluso triplicado su coste en el último año.
Pasar de una plataforma AM4 o Intel anterior a una configuración moderna con socket AM5 o procesadores Core de última generación implica no solo comprar una nueva CPU, sino también invertir en una placa base compatible y en módulos DDR5. Con los precios actuales, el salto de plataforma puede suponer fácilmente entre 200 y 300 euros extra solo en memoria, a lo que ahora se suma la subida del procesador.
Para quienes optaban por soluciones más económicas, como mantener una placa AM4 y montar un Ryzen 5000 potente, el escenario también se complica. Estos chips, muy populares por su buena relación rendimiento/precio, también están afectados por la subida, de modo que el ahorro se reduce mientras que la memoria RAM DDR4 tampoco se libra de incrementos notables.
Al mismo tiempo, el mercado de placas base acusa el golpe. Muchos usuarios estaban valorando cambiar a plataformas más recientes, pero con la RAM por las nubes y las CPU subiendo de precio, la decisión se enfría. Cada vez más entusiastas optan por aguantar con su configuración actual, o por actualizaciones muy puntuales que no requieran renovar placa y memoria.
Analistas consultados por distintos medios señalan que la tensión en el suministro de DRAM podría prolongarse varios años, impulsada por la enorme demanda de los centros de datos para IA. Si se mantiene esta situación hasta bien entrada la segunda mitad de la década, el hardware de consumo podría seguir arrastrando precios elevados durante bastante tiempo, salvo correcciones puntuales.
Un futuro incierto para las GPU y el ecosistema de hardware
Aunque el foco inmediato está en las CPU Ryzen, en el sector se habla ya de posibles subidas adicionales en tarjetas gráficas Radeon de AMD, impulsadas en este caso por el incremento del coste de la memoria de vídeo y la presión sobre la cadena de suministro. Algunos ensambladores han advertido públicamente a sus clientes de que esperen precios más altos tras el periodo navideño.
Si finalmente se materializan aumentos de precio tanto en CPU como en GPU, una configuración completamente basada en AMD podría encarecerse de forma muy notable. A esto habría que sumar el coste de la memoria, los SSD —que también han mostrado tendencias alcistas— y las placas base, configurando un escenario complicado para el usuario avanzado que quiere un equipo potente para jugar o crear contenido.
El panorama no es mucho más optimista en el lado de la competencia. Fuentes del mercado sugieren que Intel también estudia ajustar al alza el precio de algunas de sus CPU, en parte por la presión general de costes y en parte por el rendimiento de sus últimas generaciones en juegos. Y aunque Nvidia domine en el segmento gráfico, tampoco es inmune al encarecimiento de la memoria y la producción en nodos avanzados.
Para el aficionado al PC en España y Europa, todo esto se traduce en presupuestos más ajustados y decisiones de compra más meditadas. Muchos usuarios se ven obligados a recortar en algún componente, retrasar la actualización o recurrir a ofertas muy puntuales para que el coste final no se dispare. En el caso de quienes montan PCs por encargo, el reto será seguir ofreciendo configuraciones competitivas sin que el precio final espante a los clientes.
El cambio decidido por AMD con sus Ryzen 9000 y generaciones anteriores encaja en una tendencia más amplia: los componentes de alto rendimiento son cada vez más caros, en buena medida por la lucha por la capacidad de fabricación en nodos punteros y por el peso creciente de la inteligencia artificial en la hoja de ruta de las grandes fundiciones. Si nada se tuerce, el mercado se irá adaptando poco a poco, pero a corto plazo, para quien busque renovar equipo en Europa, la realidad es clara: tocará afinar más el bolsillo y estar muy atento a las pocas ventanas de ofertas que vayan quedando.
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