
La decisión de Micron de cerrar su negocio de consumo y borrar la marca Crucial del mapa supone uno de los giros más llamativos de los últimos años en el sector de la memoria y el almacenamiento. Una firma que durante casi tres décadas ha estado presente en los PCs domésticos, portátiles y equipos gaming de medio mundo, da ahora un paso atrás para centrarse casi en exclusiva en la inteligencia artificial.
Este movimiento no solo afecta a los aficionados al hardware y a los usuarios que buscaban SSD y módulos de RAM a buen precio, sino que encaja en una tendencia más amplia: la memoria que antes iba a ordenadores personales, consolas y dispositivos de consumo se está desviando a los centros de datos, donde la IA demanda cantidades brutales de chips y está dispuesta a pagar mucho más por ellos.
Micron cierra el capítulo Crucial tras casi tres décadas
En un comunicado oficial, Micron Technology confirmó que abandona de forma definitiva el negocio de productos para consumidores. Esto implica que la histórica marca Crucial, asociada a SSD SATA y NVMe, memorias RAM y soluciones de almacenamiento pensadas para el mercado doméstico y el PC gaming, dejará de existir como línea comercial.
La compañía ha fijado un calendario claro: seguirá suministrando productos Crucial a través de sus canales de consumo solo hasta el final de su segundo trimestre fiscal de 2026. En la práctica, esto sitúa la fecha límite de envíos alrededor de febrero de 2026, tras lo cual las unidades disponibles en tiendas físicas, comercios online y distribuidores irán desapareciendo poco a poco del mercado.
Durante este periodo de transición, Micron ha prometido trabajar estrechamente con socios y minoristas para que el cierre de la marca sea lo menos traumático posible. Además, la empresa mantendrá el servicio posventa: se conservarán tanto las garantías como el soporte técnico para todos los productos Crucial que ya estén en manos de los usuarios, algo importante en un segmento donde la fiabilidad de los SSD y la memoria es clave.
El movimiento supone el final de una trayectoria de casi tres décadas en las que Crucial se consolidó como una de las opciones favoritas para quienes buscaban buena relación calidad-precio. Sus memorias RAM y SSD se convirtieron en habituales en equipos gaming de gama básica y media, así como en muchas actualizaciones de ordenadores antiguos, tanto en España como en el resto de Europa.
Desde la dirección de la empresa, Sumit Sadana, Chief Business Officer de Micron, ha reconocido que la salida de Crucial del negocio de consumo es una decisión complicada, recordando que la marca fue sinónimo de calidad y fiabilidad para millones de usuarios. Pese a ello, la compañía considera que la reorientación de su negocio es necesaria para adaptarse al nuevo escenario tecnológico.
La inteligencia artificial se queda con la memoria
La razón de fondo de esta jugada está clara: la explosión de la inteligencia artificial en los centros de datos ha disparado la demanda de memoria y almacenamiento de alto rendimiento. Grandes plataformas en la nube y compañías tecnológicas que operan servicios de IA generativa y aplicaciones avanzadas, como Amazon, Google o Microsoft, están compitiendo por asegurarse la mayor capacidad posible de DRAM y soluciones de almacenamiento rápido.
Estas empresas están dispuestas a pagar primas muy elevadas por el suministro de chips, lo que convierte al mercado de la IA en un negocio bastante más rentable que el segmento de consumo tradicional. Frente a un mercado doméstico muy competitivo, con márgenes ajustados y guerra constante de precios, la memoria para servidores de IA, HPC y entornos empresariales ofrece beneficios superiores y contratos a largo plazo.
En este contexto, Micron lleva tiempo reorientando su cartera hacia productos como la HBM (High Bandwidth Memory), un tipo de memoria RAM de altísimo ancho de banda imprescindible para procesar grandes volúmenes de datos en inferencia y entrenamiento de modelos de IA. Esta clase de chips se ha convertido en uno de los pilares de la nueva estrategia de la compañía, desplazando cada vez más al negocio enfocado en PCs y usuarios particulares.
La compañía ha explicado que la salida de Crucial forma parte de una transformación amplia de su oferta, enfocada a “alinear su negocio con los vectores de crecimiento más rentables en memoria y almacenamiento”. En otras palabras, priorizar los segmentos empresariales y de centros de datos donde los pedidos son gigantescos y los márgenes, mucho más atractivos.
Con este giro, Micron aspira a mejorar su rendimiento a largo plazo y reforzar el valor que ofrece a sus grandes clientes estratégicos, a costa de reducir de manera drástica su presencia en el canal de consumo global. Para el usuario de a pie, esta estrategia implica menos producto disponible y, previsiblemente, precios al alza.
Impacto directo para los usuarios: menos stock y precios más altos
El adiós de Crucial no se queda en una mera anécdota de marca: tiene efectos muy concretos sobre el bolsillo de los consumidores. La retirada de un actor tan relevante en el segmento de RAM y SSD para el usuario final llega en un momento en el que otros fabricantes también están reasignando capacidad a la IA o reduciendo la producción para el mercado de PC tradicional.
El resultado es un escenario con menos oferta de memorias y unidades de almacenamiento orientadas al consumo. Ya se está notando un encarecimiento considerable en algunos productos: en mercados como el estadounidense, kits de memoria DDR5 que a principios de año costaban en torno a 400 dólares han pasado a superar los 1.000 dólares en determinados modelos de alta capacidad, reflejando cómo la escasez y la presión de la demanda empresarial empujan los precios hacia arriba.
Este efecto no se limita a la RAM. Los SSD, tanto SATA como NVMe, también están bajo presión. Fabricantes y distribuidores llevan tiempo advirtiendo de que la escasez de DRAM y NAND, combinada con el desvío de producción a centros de datos, se traducirá en incrementos de precio para el usuario doméstico, incluidos los entusiastas del PC gaming y los profesionales que necesitan grandes capacidades de almacenamiento rápido.
En Europa y España, donde la gama Crucial era muy popular en montajes de equipos económicos y actualizaciones de portátiles, la desaparición de la marca dejará un hueco difícil de llenar. Aunque otras compañías seguirán ofreciendo productos equivalentes, la reducción de opciones y la competencia por la materia prima hacen prever un mercado menos favorable para el comprador final.
Mirando a 2026, analistas y fabricantes coinciden en que las subidas de precio podrían generalizarse en prácticamente todos los dispositivos que integran memoria y almacenamiento: PCs de sobremesa, portátiles, consolas, móviles, tablets y hasta pequeños dispositivos como placas tipo Raspberry Pi. En los últimos meses ya se han visto movimientos como el incremento de precio de ciertas placas y kits debido a los mayores costes de la memoria.
Una tendencia global en el sector del hardware
El caso de Crucial no es un hecho aislado, sino un síntoma de una transformación más amplia en la industria del hardware. Otros grandes fabricantes de memoria también están redirigiendo buena parte de su capacidad productiva hacia soluciones destinadas a IA y centros de datos, recortando lo que se dedica al mercado de consumo general.
Este reajuste provoca que haya cada vez menos stock disponible de SSD y módulos RAM pensados para el usuario común, y que las remesas que sí llegan a las tiendas lo hagan a precios significativamente mayores que hace tan solo uno o dos años. La situación afecta especialmente a quienes montan o actualizan PCs con frecuencia, desde jugadores hasta pequeños integradores y tiendas de informática.
En paralelo, el discurso oficial de muchas compañías tecnológicas presenta la IA como una palanca de futuro que traerá mejoras de productividad y nuevas oportunidades. Sin embargo, la realidad inmediata para buena parte de los consumidores es más complicada: pérdida de opciones en hardware asequible, encarecimiento de componentes clave y un ecosistema de tiendas y webs tecnológicas que también sufre la reconfiguración del mercado.
Mientras los grandes centros de datos absorben casi toda la producción de memoria de alto rendimiento, el usuario doméstico queda en un segundo plano, con menos posibilidades de encontrar productos económicos con buena reputación, como era el caso de Crucial. Para muchos compradores, la recomendación práctica pasa por adelantar la compra de RAM o SSD si planean ampliar o montar un equipo en los próximos meses.
La desaparición de Crucial y la reorientación de Micron ilustran cómo la inteligencia artificial no solo transforma el software y los servicios, sino también la propia base física que los sostiene. En la carrera por alimentar los centros de datos de IA, el mercado de consumo tradicional paga el precio en forma de menos variedad, más incertidumbre y un coste creciente para acceder a la misma tecnología que hasta hace poco era relativamente asequible.
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