¿Pensabas que ChatGPT solo servía para escribir textos y responder dudas rápidas? La realidad es que sus aplicaciones se han multiplicado y, con un poco de imaginación, se ha colado en la cocina, el armario, el trabajo y hasta en nuestros ratos de ocio. Lo interesante es cómo se combinan su capacidad para entender contexto, su memoria opcional y su modo de “adoptar roles” para ofrecer resultados que sorprenden más allá de lo obvio.
Durante los últimos meses han aparecido multitud de trucos, prompts y usos compartidos por comunidades enteras, además de una tienda de GPTs especializados que amplía el abanico. Desde calcular calorías a partir de una foto de tu plato hasta simular una entrevista de trabajo completa, pasando por guías de compra, clases, juegos o análisis estéticos, hay opciones que te facilitan el día a día sin que te des ni cuenta.
Cocina y vida doméstica con un giro creativo
La rutina en la mesa puede ser un tostón, pero con unas buenas instrucciones ChatGPT te ayuda a variar menús, convertir medidas y encontrar sustituciones. Pídele que transforme tazas en cucharadas, que cambie un ingrediente por otro o que sugiera platos con alimentos que ya tienes; la clave es explicar lo que quieres y tu nivel en la cocina.
Funciona de cine para esos domingos en los que abres la nevera y solo te sale la típica tortilla o unas tostadas. Si le das un listado de ingredientes (por ejemplo: arroz, salchichas, patatas y berenjenas) propondrá recetas con variaciones, y hasta alternativas por si no te convence alguna. Es ideal para “exprimir” lo que hay en casa sin ir a comprar.
Otra petición recurrente: que planifique un menú semanal con restricciones y calorías aproximadas. Puede montar propuestas ricas y equilibradas (omnívoras o veganas) e incluso adjuntar una lista de la compra. Si regentas un bar o restaurante, también es capaz de bocetar menús del día ajustados a un precio objetivo.
En tareas domésticas y de organización, también da el callo. Desde ordenar tu estantería por apellido de autor hasta diseñar una lista de limpieza por zonas y frecuencia, lo puedes orientar a tu realidad: tiempo disponible, presupuesto y resultado deseado.
Cuando no sabes por dónde empezar en casa, pedirle un paso a paso funciona: “Elabora un tutorial para cambiar la memoria RAM” o “Explícame cómo sustituir el limpiaparabrisas”. Cuanto más específica sea la marca o el modelo, más afinadas serán las indicaciones.
Visión, archivos adjuntos y GPTs especializados
La función de adjuntar y analizar imágenes va más allá de los filtros artísticos. Puedes subir la foto de un producto que no entiendes y pedir instrucciones claras de uso, o mostrarle el plano de una estancia para que proponga distribución y decoración.
En moda personal, el análisis visual es pura magia para indecisos. Con una foto de tu armario o de las prendas candidatas, te sugiere combinaciones “casual”, “smart” o “evento”, y además razona por qué encajan los colores, texturas y cortes. Si le das una foto tuya junto a las prendas, puede imaginar cómo te quedaría el conjunto y ayudarte a decidir sin tener que probártelo todo.
La tienda de GPTs suma ideas muy útiles en estética y hogar, y hay proyectos relacionados como un asistente personal de IA con Raspberry Pi: un GPT de Análisis de Color Personal que te orienta sobre paletas favorecedoras con una simple selfie, otro tipo “Asesor de Estilo del Hogar” para ordenar tu despacho o crear un salón más cálido, y propuestas como “My Curated Closet” que recombinan tus prendas para sacarles más partido.
También hay GPTs lúdicos y de productividad: un generador de poses para fotos según el escenario que describas, un gestor de recordatorios sencillo, y hasta un “escape room” conversacional para desconectar un rato. Son pequeñas piezas enfocadas a tareas concretas que aceleran tu día a día.
Y no olvides los PDFs, imágenes o hojas de cálculo: cárgalos y pide resúmenes, extracciones de datos o explicaciones. Es especialmente práctico con contratos, condiciones de uso interminables o manuales técnicos que te dan pereza: te devuelve puntos clave, alertas y aclaraciones en un periquete.
Trabajo, estudios y productividad sin complicaciones
Si tienes entrevistas a la vista, puedes preparar la conversación con escenarios realistas. Pídele las competencias más demandadas, que actúe como reclutador, que te haga preguntas y que te corrija las respuestas para pulir mensajes y controlar nervios. Si usas modo voz, la práctica es más natural.
En el correo del día a día, se vuelve tu “redactor fantasma”: genera emails claros y educados con el tono que quieras (formal, cercano o directo). Si ya tienes un borrador, mejora fluidez, orden y cortesía, o reescribe para un destinatario más técnico o más comercial.
Para redes sociales, la cosa va más allá de un copy: puede escribir guiones de vídeos para TikTok o YouTube con estructura, ritmo, llamadas a la acción y duración aproximada, adaptando lenguaje y expresiones a la plataforma sin estridencias.
Domina el “cambia de voz” con soltura: pide una versión más formal, más gamberra, más concisa o con acento local. Si lo necesitas, que conserve el contenido pero con variaciones de tono; útil cuando el mensaje es el mismo, pero el público no.
Además, corrige y embellece tus textos. Envíale párrafos para que los haga más claros, cohesione ideas, simplifique frases enrevesadas o quite redundancias. Si te atascas con la estructura, que te proponga una plantilla y un índice comentado para ese informe o artículo.
En el ámbito docente ayuda a los dos lados de la mesa. Puede preparar clases sobre temas concretos, crear exámenes o ejercicios, y proponer rúbricas de evaluación. Y desde el lado del alumno, sirve para estudiar, pedir aclaraciones nivel “tengo cinco años” o practicar con ejemplos.
También sabe de hojas de cálculo: explícale tu objetivo y te devuelve fórmulas de Excel/Sheets con sintaxis y explicación (máximo de un rango, búsqueda condicional, combinaciones con filtros, etc.). Si le pasas datos de ejemplo, afina la propuesta.
Y en programación te da un empujón: genera esqueleto de código en lenguajes populares, explica fragmentos y depura errores. Aunque hay que validar y probar, es un gran punto de partida y un tutor paciente cuando te atrancas.
Si vas a comprar, te orienta según nivel, uso y presupuesto. Te dirá qué mirar en una raqueta, un monitor o unos cascos, con pros y contras de marcas y modelos, y checklist de claves antes de pagar. Para dispositivos concretos, resume especificaciones con rapidez.
¿Te falta información fiable sobre algo general? Pide “curiosidades” o explicaciones con diferentes niveles de profundidad. Es perfecto para romper el hielo con un tema nuevo o descubrir datos interesantes. Y si necesitas traducir o definir palabras, actúa como traductor y diccionario valioso.
Cuando buscas recursos, solicita listados. Por ejemplo, “10 páginas sobre tecnología en español” o un ramillete de sitios sobre un tema concreto para entrar directo a fuentes útiles sin perder tiempo en búsquedas eternas.
Para dinamizar reuniones o cenas en casa, que diseñe juegos. En un pispás crea trivials con preguntas y respuestas, dinámicas por equipos o retos de improvisación. Solo tienes que leer y moderar para echar unas risas.
Creatividad, entretenimiento y roles que enganchan
La inspiración no siempre llega a la carta, y ahí ChatGPT saca músculo. Sirve para lluvia de ideas de canciones, poesías o relatos, proponiendo enfoques temáticos, metáforas y estructuras. Pídele variaciones, combina estilos y juega con métricas para desbloquearte.
Si te apetece desconectar, activa juegos de rol conversacionales. Puedes convertirte en personaje de ciencia ficción y vivir historias con decisiones, o pedirle que adopte una personalidad (pirata, profesor, Papá Noel) para niños. Es sorprendentemente entretenido y muy flexible.
Para ocio “curado”, las recomendaciones funcionan bien: series, pelis, novelas o videojuegos por temática, tono o parecidos razonables. Luego acota según plataforma, consola o disponibilidad en tiendas concretas y te quedas con lo que de verdad puedes ver o jugar.
¿Un chiste? ¿Un dato curioso? Pídeselo sin miedo para un momento ligero. No siempre clava el humor, pero como rompehielos cumple, y si le cuentas qué tipo de chistes te hacen gracia, ajusta el tiro.
Idioma, prompts y “actúa como…” para exprimirlo
Si prefieres hablarle en español, basta con pedirlo. Escribe directamente en tu idioma o dile “háblame en español” para que adecúe su salida; lo mismo para catalán, gallego o euskera. Esto te permite pensar y trabajar con naturalidad.
Un truco muy útil es la táctica de las tres palabras para fijar rol: “actúa como profesor”, “como un científico”, “conviértete en maestro”. Al definir el papel, encarrilas su estilo de respuesta y la profundidad con la que aborda el tema.
Más allá del rol, la precisión de los prompts manda. Define objetivo, contexto, formato de salida, longitud aproximada y ejemplos. Si lo que devuelve no te convence, refina el prompt con instrucciones más concretas o pide alternativas con diferentes enfoques.
Estado del uso: qué pide la gente y hacia dónde va
Desde su lanzamiento, la herramienta ha pasado de lo laboral a lo cotidiano con claridad. Los mensajes personales superan a los profesionales y las grandes categorías de uso son orientación práctica, búsqueda de información y escritura, que concentran la mayor parte de interacciones. También aparece un bloque de expresión personal y emocional que ha crecido con fuerza.
Dentro de lo laboral, la redacción es la reina, seguida de la orientación práctica. Se han reducido algo las consultas puramente técnicas a favor de tareas más variadas, mientras que en escritura despuntan la edición, traducción, resúmenes y creación de argumentos, además de ficción bajo demanda.
En educación, tiene peso como tutor y explicador, y como apoyo para estudiar y organizarse. El patrón de mensajes se reparte entre preguntas, solicitudes de tareas y expresiones directas, lo que refleja la flexibilidad del chat para adaptarse a necesidades muy diferentes.
El perfil de usuario es cada vez más diverso. Las brechas de uso por género se han reducido y la adopción ha crecido especialmente en países de ingresos bajos y medios, señal de que la herramienta se ha democratizado rápido en lugares antes menos expuestos a este tipo de tecnología.
Ética, límites y seguridad: usarlo con cabeza
Conviene tener presente que es un asistente, no un atajo para copiar-pegar. Úsalo para pensar mejor, no para delegar tu criterio; evita calcar textos y revísalo todo. La tentación de publicar tal cual existe, pero lo responsable es editar, verificar y aportar tu propia mirada.
Aunque imita muy bien conversaciones y adopta un “modo empático”, no es un terapeuta. No capta silencios, lenguaje corporal ni contexto vital complejo. Puede darte alivio al ordenar ideas, sí, pero no sustituye a una intervención profesional cuando hay sufrimiento de por medio.
Recuerda que a veces “alucina” y se equivoca con aplomo. Si duda, te lo dirá; si no, puede inventar con seguridad aparente. Esto va desde contar mal las letras de una palabra hasta confundir datos, así que cruza información importante antes de actuar.
Una función llamativa es la memoria que puedes activar o desactivar en la configuración. Cuando está activa, puede recordar detalles útiles de tus charlas para personalizar respuestas. También puedes pedirle que te resuma lo que “sabe” de ti o limpiar esa memoria cuando quieras.
Sobre bienestar emocional, es frecuente que la gente “hable” con el chatbot como si fuera un confidente. Sirve como primer desahogo, pero no debe reemplazar la ayuda sanitaria o psicológica. Si en algún momento aparecen ideas de autolesión o riesgo, la vía adecuada es contactar con líneas de ayuda o servicios de emergencia de tu país, disponibles 24/7.
En algunos lugares existen teléfonos gratuitos de apoyo emocional y prevención del suicidio que atienden a todas horas. En Uruguay, por ejemplo, hay líneas como 0800 1920 (apoyo emocional) y 0800 0767 / *0767 (prevención del suicidio). Busca los recursos equivalentes en tu región y no dudes en usarlos si lo necesitas.
Históricamente, esto no surge de la nada: desde ELIZA y PARRY hasta los modelos actuales, la conversación con máquinas ha evolucionado. La diferencia hoy es la escala de los datos y la fluidez al responder, que alimenta expectativas… y exige responsabilidad al usarlos.
ChatGPT se ha convertido en un “multiusos” sorprendente: te organiza la semana, te ayuda a vestir mejor, te saca de un atasco creativo, te prepara para entrevistas y te guía en compras o estudios. Mantén el espíritu crítico, afina tus prompts, verifica los datos importantes y aprovéchalo como lo que es: un asistente potente para vivir y trabajar un poco mejor.
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