Electronic Arts se encuentra en conversaciones avanzadas para una posible adquisición valorada en torno a 50.000 millones de dólares, en una negociación liderada por la gestora estadounidense Silver Lake junto al fondo soberano de Arabia Saudí (PIF), según ha adelantado The Wall Street Journal. La transacción contemplaría retirar a la compañía de la Bolsa, modificando de raíz su estructura de gobierno y toma de decisiones.
Fuentes cercanas a la operación señalan que el anuncio podría producirse la próxima semana, aunque el precio final sigue en discusión y podría alcanzar esa cifra. En el mercado, EA capitaliza actualmente en torno a 43.000 millones de dólares; además, a través de su marca EA Sports, la compañía es patrocinador principal de LaLiga.
Quiénes están detrás y qué buscan
El consorcio estaría encabezado por Silver Lake, firma de capital riesgo con un marcado foco tecnológico —ha mostrado interés en el negocio de TikTok en Estados Unidos—, junto al Public Investment Fund de Arabia Saudí. El plan pasaría por tomar el 100% del capital y excluir a Electronic Arts de la cotización pública, con la vista puesta en decisiones de más largo plazo y una eventual reestructuración del portafolio.
Dimensión del acuerdo y antecedentes
De culminar en esos términos, estaríamos ante una de las mayores compras apalancadas registradas. Sin ajustar por inflación, superaría hitos previos como el de TXU en 2007 (aproximadamente 32.000 millones de dólares) y operaciones posteriores como la de Medline Industries en 2021, por más de 30.000 millones.
Este tipo de transacciones perdió fuelle tras la crisis financiera de 2008, cuando varias LBO dejaron resultados discretos; sin embargo, en los últimos años ha repuntado el interés por compañías con flujos de caja sólidos y capacidad de generar retornos bajo estructuras de deuda exigentes.
Qué es una compra apalancada y cómo afectaría a EA
En una compra apalancada (LBO), el adquirente utiliza una cuota relevante de deuda respaldada por los activos y el negocio de la compañía objetivo. La tesis de inversión busca mejorar eficiencia y crecimiento para atender el servicio de la deuda y, a la vez, maximizar el retorno del capital propio invertido.
Si Electronic Arts pasara a ser privada, podría ganar margen para plantear iniciativas a largo plazo sin la presión de los resultados trimestrales, como mayores inversiones en desarrollo y tecnología. A cambio, la estructura financiera impondría disciplina operativa y prioridades claras en asignación de recursos.
Implicaciones para la industria y la regulación
La participación del PIF reabre el debate sobre el peso del capital soberano en industrias culturales y de entretenimiento. Analistas apuntan a riesgos de concentración y posibles efectos sobre precios de suscripción, control de franquicias y condiciones laborales en los estudios.
Este movimiento se enmarca en una etapa de consolidación del videojuego, con operaciones de gran tamaño como la integración de Activision en Microsoft y el interés de otros actores en crecer mediante adquisiciones. Es previsible que los reguladores examinen con detenimiento cualquier impacto en la competencia.
Señales del mercado y próximos pasos
Tras trascender las conversaciones, el sentimiento inversor se tornó favorable y los títulos de EA llegaron a subir de forma acusada, con avances intradía que superaron el 15% según diversas lecturas del mercado. Por ahora, la compañía no ha realizado un comunicado oficial confirmando extremos de la operación.
De acuerdo con The Wall Street Journal, el anuncio podría producirse en cuestión de días y el precio definitivo continúa abierto. Hasta que haya confirmación, la evolución de las negociaciones marcará los tiempos y condicionará cualquier decisión corporativa relevante.
Todo lo anterior sitúa a Electronic Arts ante un posible punto de inflexión: una venta valorada en 50.000 millones que implicaría privatización, financiación apalancada y un nuevo equilibrio entre inversión, control creativo y escrutinio público en una industria cada vez más competitiva.